
Gol Mbappé | Foto: RM
El Real Madrid, lejos de su mejor versión, sufrió más de la cuenta ante un Getafe que acabó con nueve. Un 0-1 decidido por un solitario gol de Kylian Mbappé tras la polémica expulsión de Nyom.
El Coliseum Alfonso Pérez respiraba esa atmósfera de los grandes días, luces preparadas, cánticos a la llegada del equipo y la sensación de que el Getafe podía volver a comprometer a uno de los grandes. El equipo de José Bordalás llegaba con su sello inconfundible, fuerte en casa y con la intención de incomodar, morder y aprovechar cualquier resquicio de los blancos. Enfrente, un Real Madrid que miraba de reojo al Clásico, pero con la obligación de ganar para mantener el liderato.
Xabi Alonso apostó por un once con Mastantuono de titular, fiandose de los jovenes, y un doble pivote con Camavinga y Tchouaméni. Mbappé lideraba el ataque, acompañado por Rodrygo y Bellingham, con Alaba regresando a la zaga tras la lesión de hombro. Una alineación que sentaba en el banquillo a jugadores titulares en anteriores partidos como Vinicius o Arda Güler.
Antes del inicio, homenaje a Djené por sus 300 partidos con el Getafe. El Coliseum lo ovacionó con cariño, sin saber que acabaría siendo protagonista de uno de los duelos más intensos del partido.
Primera parte de paciencia blanca y resistencia azulona
El Madrid arrancó con todo, apenas pasaban ocho minutos cuando Mbappé ya había probado dos veces los reflejos de David Soria. Primero, un disparo centrado que el portero atrapó sin apuros, y después, un derechazo desde la frontal que se fue rozando el poste. El francés, como casi siempre, era el mayor peligro para un conjunto azulón que temblaba cada vez que tocaba balón.
El Getafe, fiel a su guion, juntó líneas, se lanzó en cada duelo y buscó el error del rival. Bordalás planteó un 5-4-1 que intentaba cerrar cualquier intento de entrar por los interiores. A partir del minuto 20, los azulones comenzaron a soltarse un poco, Milla probó desde lejos, Sancris avisó con un zurdazo potente que rozó el palo y Liso obligó a Courtois a estar atento en una falta lateral.
El Madrid, en cambio, parecia que se frustraba. Mastantuono lo intentaba entre líneas, pero se topaba con una defensa muy fuerte. Mbappé y Rodrygo no encontraban espacios y Bellingham se veía obligado a bajar demasiado para tocar balón. En la banda, Xabi Alonso no paraba de gesticular, probablemente debido a la desesperación de los que llegaban y no culminaban.
La mejor ocasión del primer tiempo llegó justo antes del descanso, con una falta envenenada de Alaba que Soria desvió a duras penas, y Valverde, en el rechace, mandó la pelota alta. Courtois apenas tuvo que intervenir, aunque sí pasó un susto con un misil de Sancris que levantó al estadio.
El árbitro pitó el descanso con el marcador a cero y sensación de que el plan del Getafe funcionaba, partido intenso y un Real Madrid cada vez más incómodo.
Una segunda parte de locura: dos rojas y gol
La segunda mitad empezó con movimiento en el banquillo blanco. Asencio entró por Alaba, que se marchó con molestias. A pesar de los cambios, el guion no cambió, el Madrid tenía el balón, pero no las ideas. Bordalás veía cómo su plan se cumplía al milímetro, mientras Xabi Alonso pedía más velocidad por las bandas. En el minuto 54, Soria volvió a salvar a su equipo con una mano brillante ante Bellingham, que cazó un balón muerto en el área.
A los 55 minutos, llegó la señal desde el banquillo que muchos esperaban, “Vinicius, dentro”. El brasileño sustituyó a Mastantuono y cambió el aire del partido. Su entrada agitó al Coliseum y al Madrid. Minutos después, Arda Güler también saltó al campo por Camavinga, y entre los dos pusieron la chispa que le faltaba al ataque blanco.
El partido se rompió en el 77, Nyom, que acababa de entrar, golpeó sin balón a Vinicius en una entrada peligrosa. El brasileño cayó, el árbitro lo vio claro y sacó la roja directa. Apenas 45 segundos había estado el camerunés en el campo. Bordalás no se lo creía, Nyom se la jugó y el Coliseum entre protestas, gritos e insultos se encendió.
Y justo en la siguiente jugada, castigo inmediato, Arda recibió en la frontal, levantó la cabeza y filtró un pase al hueco para Mbappé. El francés se giró con su clase habitual y fusiló a Soria. 0-1. Gol número 10 en 9 partidos. Silencio en el estadio, euforia en los blancos que salían incluso a celebrar desde el banquillo. El Madrid había roto el muro azulón en el momento más preciso.
Aun así, el Getafe no bajó los brazos. Empujado por su gente, siguió peleando con nueve jugadores, tanto que en el minuto 84 Sancris vio la segunda amarilla por otra falta sobre Vinicius. Con dos menos, los azulones parecían condenados, pero aún guardaban una última bala.
En el 96, Abu Kamara se plantó solo ante Courtois. Mano a mano, silencio absoluto en el Coliseum, pero el belga se hizo enorme y salvó el empate con una parada milagrosa. Fue el cierre perfecto para una noche que tuvo de todo, polémica, tensión, goles, presión y un héroe, ya habitual, vestido de blanco.
El pitido final dejó dos imágenes opuestas: Courtois abrazando a Mbappé con media sonrisa, y Djené pidiendo perdón por “falta de concentración”. El Real Madrid se marcha del Coliseum con un 0-1 trabajado, polémico y lleno de épica. Xabi Alonso gana aire, confianza y un liderato que sabe a oro antes del Clásico. El Getafe, pese a la derrota, se va con la cabeza alta. Compitió hasta el último minuto, incluso con dos menos, y demostró una vez más que de su casa nadie se va sin sufrir.