
Celebración Jude | Foto: RM
Jude Bellingham marcó el único gol del partido y Courtois sostuvo al equipo en los minutos finales ante una Juventus que rozó el empate. Los de Xabi Alonso sufrieron, pero se mantienen dentro de los clasificados tras una noche donde el trabajo brilló en el Bernabéu.
Era una de esas noches mágicas para el madridismo, el himno de la Champions sonó tan fuerte como siempre y el Bernabéu respondió con un rugido atronador. En el fondo sur, hondeaba un tifo enorme en honor a Lucas Vázquez, con el lema “A ver al Bernabéu, a ver al campeón”, recordaba al gallego de pequeño animando en Chamartín. Miles de móviles encendidos, bufandas al aire y esa sensación que solo este estadio sabe crear.
El Real Madrid llegaba al duelo como invicto, con pleno de victorias, pero con el Clásico a la vuelta de la esquina. Xabi Alonso no quiso experimentos: Mbappé, Vinicius y Brahim arriba; Arda Güler de enganche para poner precisión; y en el medio, músculo y jerarquía con Tchouaméni y Valverde.
La Juventus, por su parte, aterrizó en Madrid con respeto, pero sin miedo. Tudor planteó un once consistente con Vlahovic como referencia y un centro del campo muy físico con McKennie, Thuram y Koopmeiners. “No venimos a defendernos”, advirtió el técnico en la previa. Y no se quedaron lejos porque, al menos, los primeros minutos fueron suyos.
Una primera parte de resistencia y paciencia
La Juve salió con un objetivo claro. En los primeros cinco minutos, McKennie y Gatti probaron a Courtois con dos disparos peligrosos. El belga, como de costumbre, demostró que sigue siendo un muro, dos paradas de reflejos para mantener el 0-0. El Madrid tardó en entrar en el partido, impreciso y sin ritmo, al parecer algo sorprendido por la presión italiana.
A los diez minutos, Brahim se inventó una jugada por dentro, se giró y probó con un disparo raso que Di Gregorio despejó con una buena mano. Fue el primer aviso blanco. A partir de ahí, el Bernabéu empezó a empujar. Arda Güler se soltó, pedia la pelota, ofrecia apoyos y recuperaba balones como un veterano, estaba en todos lados. De hecho, su nombre se coreó varias veces desde la grada.
El peligro del Madrid llegó, sobre todo, desde la izquierda. Vinicius encaraba una y otra vez a Kalulu, con más ganas que acierto, pero sin dejar de intentarlo. En el 23’, Mbappé tuvo la más clara, desborde, recorte y disparo cruzado que Di Gregorio sacó con una mano milagrosa.
El tramo final del primer tiempo fue claramente blanco, Militao cabeceó alto dos veces lamentandose posteriormente, Tchouaméni probó desde fuera del área con un obús que pasó rozando el larguero y Vinicius acarició el gol con un disparo que acabó en el lateral de la red. Con el pitidó de descanso, el estadio rugía como cualquier noche de champions, las luces del Santiago Bernabéu acompañaban y el Madrid cada vez apretaba más. A pesar de eso, el gol, como tantas veces en Europa, se resistía. Al vestuario con 0-0 y caras serias. La Juve había resistido los ataques, firmes y poniendole las cosas dificiles al rival, y el Madrid sabía que tenía que apretar un poco más para sumar los 3 puntos.
Una segunda parte con salvadores y sustos
El segundo acto arrancó con la Juve enchufada de nuevo. En el 48’, un error de Carreras en el área provocó un susto enorme, un balón suelto, remate de Kalulu y aparición milagrosa de Militao al suelo para tapar lo justo pero necesario. Un minuto después, Vlahovic tuvo el gol en sus botas, pero Courtois, en modo superhéroe, le negó el tanto con un pie salvador.
El Madrid respondió como sabe, con talento. En el 58’, Vinicius se inventó un jugadón por la izquierda, rompió a cuatro jugadores, remató al palo y, en el rechace, Bellingham, siempre en el sitio, empujó el balón a la red de la juventus. Gol, locura y abrazo con Mbappé. El Bernabéu estalló, coreando «ey Jude» como en los mejores días del inglés.
La Juve, lejos de rendirse, se vino arriba pero Courtois volvió a aparecer en el 69’ con una parada brutal a Vlahovic. Justo después, Gatti salvó bajo palos el posible 2-0 de la mano de Valverde. El partido se volvió eléctrico, con llegadas constantes en las dos áreas. Di Gregorio sacó un doble paradón a Mbappé y Brahim, y Xabi Alonso reaccionó metiendo a Camavinga y Fran García para dar un respiro.
Los últimos diez minutos fueron una montaña rusa, Asencio evitó un gol cantado en el 85’, pero se retiró con molestias tras la jugada. El Madrid, que le empezaba a costar la última recta, se echó atrás y sufrió. La Juve, con todo arriba, rozó el empate en el 94’, cuando McKennie remató a bocajarro y Courtois, otra vez él, voló para dejar la portería a cero. El Bernabéu contuvo la respiración… y explotó al oír el pitido final. Victoria sufrida, de esas que se celebran a gritos. Bellingham de vuelta firmó el gol, pero Courtois puso el candado para salvar a los suyos. El pleno sigue vivo y el Madrid, aunque sin grandes goleadas, sigue mandando en Europa.