
Celebración Mikel Merino | Foto: RFEF
La Selección de Luis de la Fuente volvió a firmar una actuación convincente en Valladolid. Mikel Merino lideró la goleada con un doblete. España suma un nuevo triunfo y acaricia el billete para el Mundial.
La selección española continúa su impecable camino hacia el Mundial de 2026 tras vencer con goleada a Bulgaria por 4-0 en el estadio José Zorrilla. Los de Luis de la Fuente dominaron el encuentro de principio a fin, ofreciendo una versión bastante sólida y muy superior a su rival. El ambiente en Valladolid acompañó la fiesta de goles, con un estadio lleno hasta la bandera y una afición entregada desde los primeros minutos.
España llegaba al duelo con la intención de mantener el pleno de victorias en la fase de clasificación y seguir preparando su juego para los últimos compromisos del año. El técnico riojano apostó por una alineación comandada por jovenes, con Pedri manejando el centro, Baena aportando verticalidad y Samu Omorodion estrenándose como atacante. Enfrente, una Bulgaria replegada, sin opciones reales de pelear por la clasificación, trató de contener el juego español con una defensa de cinco hombres, aunque su resistencia duró poco.
Una primera parte de dominio absoluto
Desde el pitido inicial, España impuso su ley, esa que venia mostrando en los encuentros anteriores. La posesión fue prácticamente completa de La Roja, que se adueñó del balón con un 83% y una circulación rápida que ahogó cualquier intento de los bulgaros por hacerse con la redonda.
Pedri fue el gran protagonista del arranque, ofreciendo una nueva exhibición de precisión, pausa y sobretodo de su visión de juego. El canario se topó con el larguero en una de las ocasiones más claras de la primera mitad. Por su parte, Samu Aghehowa y Oyarzabal acumulaban intentos repelidos por el portero Vutsov. Al igual que en el encuentro ante Georgia, la roja lo intentó sin exito en repetidas veces.
El premio al buen juego llegó en el minuto 34. Grimaldo puso un córner directo al área, para que Le Normand pusiera la cabeza y bajara un balón que parecía milimetrado. Por la frontal apareció Mikel Merino con un potente testarazo que sirvió para abrir el marcador. El tanto desató la alegría en el José Zorrilla, que reconoció el esfuerzo de un equipo que no bajó el ritmo en ningún momento.
Pese a incontables oportunidades más, los balones no veian meta y el primer tiempo concluyó con 1-0, dejando la sensación de que España podría haber sentenciado antes. Bulgaria apenas hizo trabajar a Unai Simón, que solo intervino en un tímido intento de Despodov para empatar.
Una segunda parte de exhibición y confianza
La segunda mitad mantuvo el guion, España dominando y la afición disfrutando. De la Fuente dio minutos a Borja Iglesias y Yeremy Pino para refrescar el ataque. Con los cambios el equipo se renovó pero sin perder el ritmo tan alto con el que venían jugando. Apenas habían pasado diez minutos de la reanudación del partido cuando volvió a aparecer Mikel Merino, que cabeceó otro gran centro de Grimaldo para firmar su doblete y ampliar la ventaja. El navarro, en un estado de forma espectacular, suma ya seis goles en esta fase de clasificación y se consolida como uno de los hombres más decisivos de la selección.
El tercer tanto llegó tras una jugada para recordar, combinación rápida entre Merino, Yeremy y Aleix García, que culminó con un centro raso al área. En su intento de despeje, el defensa Chernev terminó introduciendo el balón en su propia portería. El tanto reflejó tanto la impotencia de Bulgaria ante la velocidad de España, como los constantes intentos de la Roja por culminar sus jugadas.
El broche final lo puso Mikel Oyarzabal desde el punto de penalti en el descuento, engañando al guardameta con un potente zurdazo. El penalti fue señalado tras una falta cometida por Georgiev sobre Mikel Merino dentro del área, cuando el mediocampista español controlaba el balón y el defensa búlgaro llegaba con la pierna para derribarle.
Con el 4-0 final, España firmó otra noche redonda. Más allá del resultado, la Selección mostró la madurez de los jóvenes, mucha continuidad en el juego y una clara identidad. Los de De la Fuente siguen invictos y con la clasificación prácticamente asegurada. En un José Zorrilla entregado, la afición despidió al equipo entre aplausos y cánticos que reflejan la ilusión creciente de cara a la cita mundialista.